Marcos Sanz, Relatos eróticos gay 🔞: Concurso amañado para follarse a los participantes

Lo siguiente es un relato de ficción. Cualquier parecido con la realidad es completamente casual, anecdótico y no premeditado.

Cuando mi agente me llamó para ofrecerme ser jurado en un concurso de cantantes yo estaba petando un culo.

—Daniel, deja lo que estés haciendo y escúchame.

Flop.

—Dime.

—¿Qué ha sido eso?

—No quieres saberlo. ¿Y se puede saber cómo un concurso de cantantes puede llamarse Chíngame? Que no digo que no me guste. Adoro chingar. Pero no parece apropiado para la tele.

—No es Chíngame, es SingerMe. En spanglish. Singer de cantante y el me castellano de edúcame.

—O de fóllame.

—Básicamente SingerMe sería algo así como Hazme Cantante. Pero dudo que la audiencia lo entienda. Y encima será el primer programa en dos idiomas. Un presentador hablará en inglés y el otro en español. Pero no dirán las mismas cosas. No se trata de traducir. Y en el jurado lo mismo. Dos hablarán en inglés y tú y la Miriam en español.

—¿Y por qué no me ofreces el puesto de presentador? No valgo como jurado. No seré imparcial.

—Tendrás que serlo.

—En cuanto cante un chulazo se me hará el coño un charco. Y lo encumbraré a la fama por las dotes equivocadas. No valgo pa eso.

—Are you kidding me?

—No, no estoy kidíndimi contigo. Es lo que hay.

—Serás jurado y lo harás bien. Te dejo que sigas follando.

Me ofrecí a hacer un tour a algunos de los concursantes por el estudio. Pero claro,

Sólo escogía concursantes varones y buenorros

y me los llevaba de uno en uno. Un cámara me preguntó por qué no les hacía el tour a todos juntos y le dije que se metiera en sus putos asuntos.

Néstor NoSéQué estaba para mojar pan. Era un poquito pijo pero tenía un cuerpo escultural que quitaba el aliento. Me lo llevé directamente a mi camerino.

—No nos perderemos la grabación, ¿verdad? —Me preguntó preocupado.

—Soy jurado. No pueden empezar sin mí.

—¿Qué hacemos aquí?

—Mmm, al grano. Me gusta. Verás. Puedo hacer que ganes el concurso.

—¿De verdad?

—Claro. Pero a cambio tendrás que hacer algo por mí.

—¿El qué? ¡Lo que sea!

Me bajé la cremallera y me saqué el cipote, que ya empezaba a ponerse durete

—Tendrás que chupar. Y tendrás que hacerlo muy bien.

—Eso puedo hacerlo. Mi amigo Borja dice que soy como un becerrico. Pero no sé muy bien qué es eso. ¿Un habitante de Bezuerra?

Néstor se puso de rodillas y empezó a mamar con maestría. Me hubiera gustado que se hubiera escandalizado pero lástima, ya había comido rabo antes.

—Qué pene más bonito tiene, señor.

—Por favor. No hables. Traga.

—Pero tiene el pito más bonito que he visto. Un pene muy chulo.

—Como no te calles vas a conseguir que se me baje. Y así no ganarás el concurso.

La amenaza surtió efecto y se puso a mamar en silencio, que por otro lado es la única forma de mamar que conozco

—Así, muy bien. Veo que eres aplicado.

—Mmm, mmm.

—Buena garganta. Precisamente lo que se necesita para ganar este concurso.

—Mmm, mmm.

—Qué bien la chupas, Néstor. Mereces el primer puesto.

—Mmmmpenebonitommm.

—¡Que no hables, carajo! Y deja de decir pene. Esto es un puto rabo. O una puta polla, o un cipote, un trabuco, una vergota o una tranca. Pero no un pene. Un pene sería si me estuvieran operando de fimosis y saldría por la boca de un médico, que no es el caso. O si estuviera explicándole lo de las abejitas a uno de mis putos hijos.

—Pues tiene una polla súper bonita, señor.

—Espero que los presentadores no te hagan hablar mucho.

A su favor diré que recibió encantado todos los trallazos en la lengua cuando me corrí.